Desde pequeño he tenido pasión por la naturaleza y el deporte, y dentro del deporte más concretamente el rugby. Esta doble conexión junto a la influencia de mis seres queridos, ha esculpido en mí gran parte de la persona que soy.
El rugby desde que empecé a jugar siendo un canijo, me enseñó que el respeto es un valor imprescindible. Respeto tanto a los compañeros como a los rivales, respeto al niño alto y al bajito, al niño que es más gordo y al que es más delgado, puesto que cada uno dentro del equipo tiene su función y con el esfuerzo, la valentía y el trabajo de todos juntos, se conquistaban las victorias y, si no se lograban, el esfuerzo y las amistades conseguidas, incluso de los contrarios, hacía que hubiera merecido la pena igualmente.
Con el tiempo, como en todo los deportes los títulos conseguidos y las copas han quedado en las vitrinas, pero a diferencia del resto, en el rugby, los amigos, las experiencias vividas, y sobre todo la forma de vida, perduran en el tiempo.
Aprendí a disfrutar de las victorias y de las derrotas, a apretar los dientes muchas veces, pero sobre todo aprendí el verdadero significado de la palabra respeto.
Fue fácil aplicarlo a mi otra pasión, la naturaleza, y tuve la suerte de trabajar en un puesto como es la jefatura de una EDAR, en la que encontré la forma de corresponderla y disfrutar de ella.
Situadas al final del ciclo de la gestión del agua, la responsabilidad en la gestión de una planta depuradora de aguas residuales nos exige a los explotadores desarrollar un sinfín de habilidades en otro largo sinfín de campos, para lograr ese objetivo tan importante que es la vuelta al cauce natural del agua regenerada.
Por tanto en ese préstamo que tomamos de la madre naturaleza para desarrollar nuestras vidas, consistente en millones de litros al día, no sería justo devolver este préstamo tan importante, sin corresponder con intereses a nuestro maltrecho medio ambiente. Sería muy desagradecido y poco respetuoso por nuestra parte, no tener la inquietud de corresponder a nuestra madre naturaleza tratando de dejar una impronta de nuestro insignificante paso, dejando un lugar mejor al que nos encontramos.
Con esta filosofía tan simple empezamos la explotación de la EDAR de Medina del Campo, cuya obra había dejado obsoletas el antiguo sistema de lagunaje, el cual se convirtió en un lugar degradado, sin agua y por tanto, sin vida.
En el año 2008, iniciamos el proyecto de recuperación de las lagunas de Medina del Campo, desviando parte del agua tratada en la EDAR para enviarla y así llenar las 4 lagunas y jugando en cada laguna con la altura de la lámina de agua, para obtener hábitats diferentes. Esta idea fue clave para conseguir los resultados de biodiversidad de especies conseguidos.
Se establecieron una serie de metas, encaminadas principalmente a la naturalización de las lagunas, con medidas que favoreciesen el asentamiento y desarrollo de distintas especies de aves, anfibios y mamíferos. Por otro lado se realizó una intensa campaña de comunicación, de sensibilización y educación ambiental, con el objetivo de reducción de contaminantes a la EDAR basándose en la mejora de hábitos ciudadanos e industriales, pudiendo hacer partícipe de esta manera a la propia población medinense de los logros obtenidos.
Los resultados no se hicieron esperar y pronto con la llegada del primer paso de aves de primavera se realizaron los primeros censos cuyos resultados empezaban a reunir entre 300-400 aves de 40 especies diferentes, y un año después la consecución en el año 2009 del premio EcoInnova en categoría provincial y autonómica a nuestro proyecto.
Hoy día, tras un desarrollo y seguimiento del proyecto de más de 10 años, nos encontramos con una población anual de 8.600 aves y se han contabilizado más de 120 especies de anátidas y aves relacionadas con el ecosistema. Con hitos medioambientales tan importantes como la presencia de porrón pardo, especie en peligro de extinción, flamenco, espátula, la nidificación de especies como el pato cuchara y el zampullín cuellinegro, la gran colonia de avocetas y cigüeñuelas que también nidifica en las lagunas. Haciendo del conjunto de las lagunas, una zona privilegiada en el interior de España, para el avistamiento de aves, cobrando especial relevancia en la época de paso de finales de verano y otoño, cuando el resto de humedales del interior se encuentran secos por el estiaje. Esta circunstancia, no afecta a nuestras lagunas, por la regeneración continua de agua que se realiza en la EDAR, concentrando en días continuos gran variedad de aves que usan la laguna a modo de área de descanso en su largo camino de migración.
Nuestro proyecto ha sido tomado como ejemplo y referencia en otras EDARs para la recuperación de otras dehesas y humedales.
Este es nuestro pequeño legado que esperamos perdure, como prueba del compromiso de nuestra empresa en la conservación de la biodiversidad y el medioambiente resultado de la conexión de Aqualia con Medina del Campo.
(*) Patricio Hermosilla Olmos, ha sido, además, jugador Internacional de Rugby. 3 Veces Campeón de División de Honor de Rugby (1999,2001, 2011) VRAC Quesos Entrepinares, 1 vez Campeón de Copa S.M.S. (1998) con el Club VRAC Quesos Entrepinares. 8vo Clasificado Mundial de Rugby sub 19 (Brescia 1996). Campeón de España Junior (1995) VRAC Quesos Entrepinares. Campeón de España sénior por selecciones de territoriales con Castilla y León (2003), Subcampeón de Europa por selecciones territoriales con Castilla y León (2004).
Patricio Hermosilla Olmos
Jefe de Planta EDAR Medina del Campo (*)